En
primer lugar resulta importante señalar que todo lo que se considera en esta
nota se encuentra basado en la información periodística disponible y en un
informe de prensa emitido por la fiscalía, ya que hasta el momento el único imputado
se ha negado a prestar declaración indagatoria. Así es que cualquier
información posterior podrá producir variaciones en la lectura del caso, de
manera que todo lo que pueda señalarse sólo tiene un carácter preliminar y sólo
puede plantearse como una de las hipótesis posibles.
Ante
la posibilidad de que los lectores no conozcan las particularidades del caso,
en este link encontrarán una cronología de la evolución de las investigaciones.
Si
bien al momento de publicación de esta nota se encuentra detenido el encargado
del edificio de la calle Ravignani en el que residía la víctima Ángeles Rawson,
desde el día del hallazgo del cuerpo de la joven en una planta del CEAMSE los
medios se vieron inundados de diferentes versiones, las cuales comenzaron
refiriéndose a un hecho de violación y estrangulamiento por medio de un lazo
por parte de un desconocido que había interceptado a la víctima en el trayecto
que va desde el campo de deportes de su colegio hasta su domicilio, habiendo
sido colocada luego del homicidio en una bolsa para aparecer finalmente en una
planta de procesamiento de residuos.
La
versión sugería la participación de un violador de características sádicas que
había llevado a la víctima a una muerte que implicaba un gran sufrimiento, para
terminar siendo tratada como un objeto de desecho cuyo destino final era el de
un container de residuos, el camión recolector de los mismos o la planta de
reciclaje del CEAMSE.
Más
adelante pudo verse que las grabaciones de las cámaras de seguridad ubicadas en
el trayecto de la joven registraban su paso a metros de su domicilio y por lo
tanto las investigaciones comenzaron a centrarse en el entorno de la víctima.
Llamaron la atención las reacciones de algunos familiares y los discursos
desafectivizados y el exceso de exposición ante las cámaras generaron una casi
inmediata sospecha sobre el padrastro de la adolescente a pesar de algunas
opiniones de profesionales que en los medios alertaban sobre la prudencia que
se requería para emitir cualquier conclusión sobre las reacciones que se habían
evidenciado.
Tal
vez hoy todos concordamos que este es un punto en el que hay que evitar las
conclusiones súbitas, porque cualquiera que se vea expuesto a una vivencia
traumática como la pérdida de un hijo como consecuencia de un hecho de
semejante violencia puede producir reacciones que abarcan toda la gama que va
desde el estupor, la indiferencia los estados disociativos e inclusive cuadros
de agitación y violencia, etc.
Probablemente
resulte difícil para el espectador considerar una reacción tan distinta de la
que, socialmente, se supone debe aparecer en un sujeto que atraviesa una
situación como la que nos ocupa, especialmente cuando se evidencia un relato
casi “teórico”, desafectivizado, en lugar del esperable tumulto de emociones con
crisis de llanto, angustia, gritos y violencia, junto a un deseo de venganza
sobre el autor del crimen.
Pero
estas reacciones que se observan con menor frecuencia son en realidad
igualmente legítimas aun cuando confronten al espectador con que la única
respuesta posible no es aquella proveniente de la analogía con nuestro propio
Yo.
En
este sentido ya Freud en la Metapsicología habla de que la comprensión de lo
igual se encuentra referida al Narcisismo en el punto de que encuentra su
origen en el atribuir a todos nuestras mismas características, y de la misma
forma que hacían los primitivos con las plantas, los animales y hasta con los
objetos inanimados, constituyendo el animismo propio de los pueblos primitivos.
Si bien hoy esta tendencia narcisista a la identificación sólo persiste en
relación a lo más próximo a nosotros que es lo otro humano, puede verse que en
ciertas ocasiones esta suposición de igualdad se quiebra cuando en situaciones
extremas observamos respuestas que muestran una menor semejanza con las que
desde nuestro yo suponemos normal y esperable en una cultura determinada.
La
detención del encargado del edificio como supuesto autor del hecho, la
información disponible sobre la autopsia según la cual no hubo violación ni
estrangulamiento, sino que el deceso de la víctima se produjo como consecuencia
del aplastamiento del cuerpo por los mecanismos de compactación de residuos,
hicieron que ya no se consideraran las mismas características que se habían supuesto
inicialmente respecto del homicida.
Si
bien se desconoce aún el móvil del crimen, creo importante señalar que me
resulta difícil considerar como primera opción entre las hipótesis posibles que
se trató de un encargado agazapado y al acecho de una víctima, esperando el
momento para el sorpresivo y brutal ataque homicida.
En
algunas publicaciones se indica que el móvil del homicidio puede haber sido un
intento de violación o de abuso sexual que resultó fallido como consecuencia de
la resistencia de la víctima. En tal caso resultaría importante tener en cuenta
algunas cuestiones con respecto al posible victimario.
En
los distintos medios se ha indicado en forma reiterada que muchos delincuentes sexuales
se muestran con una gran adaptación que coexiste con otros comportamientos
propios de una perversión sexual y sin generar conflicto alguno en el yo del
sujeto, y creo que es importante tener presente que estas características se
encuentran principalmente referidas a aquellos que recurren a la seducción y al
engaño, desempeñándose por lo general en los ámbitos que permiten un acceso
facilitado a las víctimas que resultan de su preferencia.
Por
el contrario, los violentos e impulsivos suelen tener una historia de
violencia, y, aquellos sádicos para los que el cumplimiento de un ritual es
condición necesaria para la satisfacción, nada es librado al azar debido a que
cada detalle forma parte de una fantasía que debe ser puesta en acto: las
cuerdas, los nudos que usará, la escena, y cada detalle deben ser planificados
aunque siempre surja una diferencia entre la fantasía y la satisfacción
lograda.
Las
investigaciones, la evidencia, la posible declaración del imputado seguramente
proporcionarán en los próximos días nuevos elementos capaces de llegar a una
verdad posible sobre el horror. Hay que esperar.
Esta obra cuyo autor es Lic. Germán G.De Stéfano está bajo una licencia deReconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de CreativeCommons.
Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en http://www.safecreative.org/user/1207070641723
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